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sábado, 24 de mayo de 2008

Okami, y el crossover mitológico

Cualquier fan de Zelda podrá apreciar lo maravilloso de Okami. Después de todo, ambos son juegos de aventuras, en los que consiguiendo herramientas, puedes adentrarte cada vez más para salvar al mundo. Sin embargo, a pesar de las extrañezas de la historia de Zelda (en el que eres la reencarnación de la misma persona, o eres la misma persona, etc) Okami da un paso más allá. Okami es un crossover de leyendas japonesas.

Para empezar, puedes encontrar a medio panteón de dioses japoneses ahí, empezando por Amaterasu, diosa del sol y la creación (origin of all that is good and mother to us all, por citar al juego). Susanoo, dios de las tormentas. Orochi, el dragón de ocho cabezas. Y las leyendas y tradición oral japonesa: Issun, el espadachín de una pulgada. Momotaro, el niño que venció a los Oni en la Isla de los Onis. Urashima, quien descendió al Palacio en el Fondo del Mar. Eso por no mencionar a deidades menores y cantidad de demonios con los que peleas, incluyendo la mujer araña, el cuervo con cabeza de hombre, y desde luego, el Kitsune o zorro de nueve colas. Esto mezclado tan efectivamente, que alguien que no sepa nada de mitología japonesa le parecerá que fue creado exclusivamente para el juego.

Todo esto me puso a pensar que Japón no es el único país rico en tradiciones, leyendas y mitologías. Si lo intentáramos, seguramente se podría hacer un juego basado en mitología nahuatl, o azteca, o una combinación de ambas. Si crearan un juego ambientado en el México precolombiano y fueras un guerrero águila, no dudaría ni dos segundos en jugarlo, sobretodo si está tan bien hecho y pensado como Okami.

Además, sería un medio muy interesante para aprender historia. Es cierto que no sería exactamente igual a la mitología, y nadie espera que lo sea, pero una vez conociendo los nombres, lugares y eventos de una manera vaga, es mucho más fácil aprenderlo una vez que se estudien formalmente en la escuela o se investriguen por cuenta propia (i.e. este es el fulanito que me daba consejos en la pirámide del sol). Después de todo, yo me he aprendido los nombres de todos los enemigos de Mario sólo jugando Paper Mario, así que más que un plus, es irremediable aprenderte esas cosas.

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